Recuerdos inevitables,
de inicio a fin,
en catódicos murmullos
de un ayer tardío.
Sus miradas languidecen,
el espíritu se diluye
mientras el tiempo se suspende
y el pensamiento se interrumpe.
Hoy no hay alegría impostada
ni presagios afables.
La Espera siempre tienta
y se inspira de lo feliz.
vul (bcn, 13/03/2010)
De tanto pensar
ResponderEliminarel pensar languidece
sobre el reflejo añejo
inevitable añorar
lo que habría sido
llamémosle...destino
para no luchar...
los giros se tornan contrarios cuando se pasa por lo cóncavo de en la vida.
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